Los grifos y mezcladores se construyen esencialmente con latón como materia prima, una aleación de metales nobles de cobre y zinc. Gracias a las extraordinarias capacidades de la industria italiana, la mayor parte del metal utilizado proviene de actividades de recuperación y reciclaje: un acto concreto de reutilización para la sostenibilidad, en el marco de la verdadera economía circular.